lunes, 30 de marzo de 2009

Semana 6. Una visita sorpresa.

- 25… 26… 27… 28… 29… y 30. Se acabó el ejercicio por hoy.

Llevo casi una semana sin poder conciliar el sueño del todo. No soy capaz de quitarme lo de la otra noche de la cabeza. Menos mal que este gimnasio está abierto casi 24 horas al día y puedo venirme aquí por las noches cuando no puedo pegar ojo.

Es hora de desayunar, así que después de la ducha me voy al Arthurs a tomar un café con tostadas o algo que me sacie el apetito. Seguro que los camareros se alegran al verme después de las propinas que se llevan cada vez que voy.

Una vez allí, acompaño el desayuno con el Diario de Tortuosa, el periódico local que trata muchos temas diferentes, desde economía, temas del corazón… ¡incluso hay un apartado con sucesos paranormales! Según leo, veo que mucha gente ha mandado quejas a la compañía eléctrica por el apagón de la semana pasada. Los encargados del tema se defienden alegando que ellos no pueden hacer nada si un loco le prende fuego a la central que abastece a toda la ciudad de energía eléctrica. Cuando leo todo lo que me podía interesar hago el ritual de siempre, 10€ sobre la mesa para el camarero que me cobre.

Al salir de la cafetería veo que una chica morena está apoyada sobre el capó de mi coche. Me resulta bastante familiar, pero al estar de espaldas y tan lejos no soy capaz de verle la cara. Cuando estoy lo suficientemente cerca para que el mando a distancia del coche funcione, le doy al botón de las llaves que hace que se enciendan las luces de emergencia y salte un sonido que indica que las puertas se han abierto, para que la chica se dé cuenta de que iba a tener que cambiar de asiento. Al escuchar el sonido la chica morena se da la vuelta, y en ese mismo instante noto como si el tiempo se detuviera. ¡Es imposible! Mi mente no encajaba que ella esté aquí y ahora, justo una semana después de aquello…

- ¡Leo! ¡Por fin apareces! ¡Llevo un buen rato esperándote aquí sentada!

- …-Después del shock me cuesta gesticular palabra alguna-

- ¡Qué pasa! ¿No vas a decirme ni hola después de tanto tiempo? ¿Ni siquiera piensas darme un beso? ¡Ni que hubieras visto a un fantasma!

- Carol… no imaginaba que aparecieras aquí sin avisarme antes, me has dejado un poco descolocado… ¡pero ven aquí chiquilla! – Salgo del trance dándole un fuerte abrazo-

- ¡Pensé que no te habías alegrado al verme, tío!

- No es eso, es que no te esperaba y no sé si estaba preparado para verte ahora mismo…

- ¿A qué te refieres…?

- Bueno… a nada en especial, sólo que llevamos cerca de una semana sin hablar y… ¡que tú deberías estar a miles de kilómetros estudiando! – No me gusta mentir, pero ahora mismo no podía contarle lo que pasó la otra noche-

- Ya… ni siquiera se lo dije a mis padres, quería darle una sorpresa a todo el mundo.

- ¡Nunca cambiarás Carol! Te gusta demasiado ir por libre en la vida, ¡imagínate que me hubiera ido a algún sitio y no te hubiera podido ver!

- Me lo habrías dicho por teléfono, ¿no?

- Bah… lo que importa es que estás aquí. Venga sube al coche que nos vamos al STAR, allí no hay nadie ahora y estaremos tranquilos para hablar todo lo que haya que hablar y ponernos al día.

Subimos al coche y salgo a la avenida principal camino del STAR.

- Por cierto Carol, ¿cómo me has encontrado?

- ¿Es que se te ha olvidado que vivo al lado de donde habías aparcado? Cuando llegué a mi casa y solté las maletas, lo primero que hice fue asomarme por la terraza para ver si había cambiado algo por el barrio desde que estoy fuera. Vi tu coche ahí aparcado y bajé corriendo, pero como no sabía dónde estabas, no quería moverme de ahí hasta que llegases.

- Podrías haberme llamado al móvil… ¡así no tendrías que haberme esperado cogiendo frío mujer!

- Pero si te hubiera llamado no habría visto tu cara de sorpresa nada más verme, ¿no?

- Jaja, tienes razón.

Aparco en el garaje subterráneo del STAR y me voy directo a la barra para servirnos algo de beber.

- Estás más guapa desde que vives fuera. – Parece que le ha sentado bien el tiempo en NYC, viene vestida con ropa que no solía usar antes, más mujer.

- ¿Insinúas que antes no era guapa? Jaja… es broma, sé que siempre me has visto guapa, pero gracias de todas formas. Tú no has cambiado nada desde que no nos vemos, un poco más fuerte quizá… ¿te machacas mucho en el gimnasio o qué?

- Bueno, demasiado tiempo libre durante el día… y la noche. Cuando no tengo nada que hacer me voy al ROCK&GYM y me paso allí las horas muertas para no perder la forma.

- Pues ten cuidado, que los culturistas no me gustan eh…

- Jaja, no te preocupes, hago lo justo y sin excederme, ya me conoces. ¿Cuánto tiempo tienes pensado quedarte?

- Pues todavía no he comprado el billete de vuelta, pero no creo que me quede mucho tiempo por aquí, los exámenes están lejos pero no puedo quedarme atrasada. Así que me quedaré una o dos semanas, no más.

- Habrá que aprovechar el tiempo entonces, ¿no?

- ¡No tan rápido vaquero! Antes tenemos que charlar un rato, no quieras ir a saco nada más verme. ¿O es que sólo me echabas de menos por eso?

- ¡Qué mal pensada eres! No me refería al sexo. Me refería a pasar tiempo juntos y eso… aunque ahora que lo dices… Jaja.

- Jaja. Bueno, tenemos tiempo para todo…

He llamado a Rafa para que avise al resto de camareros de que hoy tienen la noche libre y le he explicado lo que pasa. El cartel de cerrado cuelga en la puerta. ¡Qué mejor que pasar la noche a solas con mi estrella! Aunque acabe de llegar es como si nunca se hubiera marchado, qué pena que sólo pueda disfrutarla una o dos semanas. En este momento me alegro de no haber terminado lo que empecé con Raquel, pudo haber sido el mayor error de mi vida.

lunes, 2 de marzo de 2009

Semana 5. El concierto.

Hoy es el gran día. Parece que los carteles llamaron la atención a bastante gente. Hemos recibido más participantes de los que creíamos, e incluso alguna que otra banda completa. Al final hemos decidido hacer la audición a puertas abiertas, puede entrar cualquier persona a escuchar lo que los candidatos vayan a tocar… ¡y parece que ha sido una buena idea porque el STAR está casi completo!

Raquel y el resto de camareros se encargan de servir las bebidas, mientras, Rafa y yo buscamos la mejor ubicación a escasos metros del escenario para poder observar a los músicos. Subo al escenario para dar comienzo al show.

- Antes de nada, agradecer a todos los que han venido a disfrutar de buena música y a los que han venido a enseñarnos lo que son capaces de hacer con un instrumento en sus manos. – Leo el primer nombre de la lista-. Que suban los “Dream hunters” por favor. El orden de los grupos está colgado en la escalera del escenario, que se vayan preparando los siguientes para que pare la música lo menos posible. ¡Gracias!

Un grupo de 4 chavales jóvenes sube al escenario.

- ¡Mucha suerte chicos! –Se veían bastante nerviosos y novatos, los ánimos siempre vienen bien en estas situaciones-.

Me siento al lado de Rafa y hago una señal al chico encargado de la iluminación para que dé comienzo el espectáculo. Como imaginaba, no lo hacían demasiado bien. Dejo a Rafa que se vaya encargando del asunto de la música y me acerco a la barra a pedirle una cerveza a Raquel.

- ¿Cómo lo llevas?

- Pues ahora que ha empezado la música algo mejor, hasta hace 5 minutos no he parado con el barril. Creo que habrá que cambiarlo dentro de poco.

- No te preocupes por eso, cuando haga falta encárgaselo a uno de los camareros nuevos, dile que eres la encargada o algo de eso… Por cierto, hoy estás espectacular Raquel. ¿Me has hecho caso y te has puesto así para “motivar” a Rafa?

- Bueno… no a Rafa precisamente… - Empieza a coquetear conmigo… o por lo menos eso es lo que me da a entender-.

- Jaja. Venga, sírvete una copa a mi salud y pon lo mismo para mí, esta noche quiero disfrutar.

Siempre me ha gustado el tipo de relación que he tenido con Raquel, pese a trabajar para mí, y aún sabiendo que tengo novia, nunca le ha importado lanzarme indirectas y jugar al juego de la seducción conmigo. Aunque yo nunca engañaría a Carol, no puedo negar que entre Raquel y yo existe una atracción física bastante fuerte.

Tras tomarme la copa con ella, vuelvo con Rafa y le llevo una para él también. Le veo inquieto, como si quisiera subir al escenario para tocar él mismo. Creo que el hecho de ver a otros tocando la batería del STAR le está haciendo recordar viejos tiempos.

- ¿Te ha llamado la atención alguno por ahora? – Al hablarle sale del estado de “trance” en el que estaba a causa de la música, parecía como si ni siquiera me hubiera escuchado llegar-.

- Eh… bueno, el primer grupo está descartado, el único que valía era el batería, pero fallaba un poco en la improvisación.

- Ok. ¿Te animarás a tocar luego? – Le digo al mismo tiempo que le ofrezco la bebida-.

- S… ¡No! Leo, dije que no volvería a tocar…

- ¡Venga ya tío! Llevas un montón de tiempo haciendo el tonto con lo mismo, ¡es hora de que te olvides de ella!

- Bueno… ya veré lo que hago… - Dice con media sonrisa en la cara-, pero no te prometo nada eh... – Coge la copa y le da un trago largo-.

Un chaval sube al escenario solo y se sienta ante el piano. La música empieza a sonar. Va mezclando canciones de todo tipo sin dejar de tocar ni un instante.

- Éste puede ser un buen fichaje para el local. Parece que le está gustando a la gente. –Dice Rafa al ver que la mayoría de personas han dejado sus conversaciones y se han girado para ver cómo tocaba el chico-.

- Sí, parece bastante bueno. Dime cómo se llama para que apunte su nombre.

- Me parece que se llama David… mmm, sí, David.

Después de unos 15 minutos tocando sin parar, David saluda al público y abandona el escenario. Rafa se levanta y me dice que va a hablar con él. Van pasando algún que otro más por el escenario, alguna que otra improvisación bastante buena, pero poco que destacar. Al escuchar un saxo, se me viene a la cabeza aquel tipo de la perilla que solía estar tocando en la calle frente al Arthurs. Me daba pena no verlo en la zona de los participantes… quizá le guste su forma de vivir siendo un músico callejero, quién sabe.

Miro hacia uno de los extremos del STAR y veo a Raquel sola, apoyada y con poco trabajo, le hago un gesto para que venga un rato a sentarse a mi lado y veo como cambia su cara de aburrimiento por una sonrisa picarona. Se acerca contoneando sus curvas, con dos copas en la mano, y se sienta en la silla en la que antes estaba Rafa.

- Te noto un poco aburrida, ¿no te está gustando la música?

- Sí, sí… no es eso. La música me está gustando… pero no tengo toda la diversión que me gustaría… - Me dice acercando su silla a la mía y poniéndome la copa en la mano-.

- Ah… ¿no? ¿Y qué te gustaría hacer para divertirte?

- Leo… tú deberías saberlo mejor que nadie… - Su mirada se para frente a la mía y noto como se va acercando poco a poco-.

- Raquel… yo… - Mi corazón dice no, pero mi cuerpo reacciona totalmente distinto-.

- Vamos Leo, puedo hacer que te olvides de ella en una sola noche… déjame demostrártelo… - Se acerca más y más… y mi cuerpo acaba cediendo-.

Un beso que dura apenas unos segundos. Me coge de la mano y me lleva a la parte de atrás del local. Me desabrocha los botones de la camisa mientras nuestros labios juegan. Hacía tiempo que no sentía esta sensación… ¿Podré perdonarme a mí mismo por lo que pueda pasar?

De repente, las luces se apagan y saltan las de emergencia.

- Mira, así nos metemos más en situación con menos luz…

- ¡Mierda! Tengo que salir a ver qué ha pasado. –Le digo a Raquel mientras me vuelvo a poner los botones y vuelvo a colocarme el pelo en su sitio-.

- Ya… ¡qué oportuno! –Me dice poniendo cara de “pena”, intentando hacer que cambie de idea-. Si seguro que Rafa se está encargando de todo…

La voz de Rafa sale por los altavoces alimentados con la energía de reserva.

“Por favor, vamos a descansar un rato mientras regresa la luz y después seguimos con la música”

- Venga Raquel, ayúdame a que la gente no se vaya… ¡Eres la mejor en esto!

- Buen Leo, pero porque eres tú el que me lo pides… y eres mi jefe… pero tendrás que compensarme lo de esta noche eh ¡No me gusta que las cosas se queden a medias!

- Muchas gracias. Te compensaré por tu trabajo y lo demás, ya veremos… - Le digo guiñándole un ojo-. Ah, y sírvele cerveza gratis a los músicos para que estén lo más a gusto posible.

- Eso está hecho -Se coloca la ropa, se mira en un espejo y se retoca el maquillaje lo más rápido posible. Antes de salir se gira hacia donde estoy, me dedica una sonrisa y me tira un beso-.

Espero ahí un rato, pensando en todo lo que había pasado. A los pocos minutos escucho jaleo en la zona principal del STAR. Salgo corriendo y veo que un tipo en el escenario está gritando a alguien que se pare. Miro hacia donde está gritando y veo a Rafa corriendo detrás de un hombre, hasta que finalmente lo atrapa.

Como la luz lleva un rato sin hacer acto de presencia, la gente comienza a abandonar el local y unos pocos nos quedamos para resolver el posible malentendido. Para mi sorpresa, el tipo al que Rafa había agarrado era el que tocaba el saxo bajo la lluvia aquel día. Calvo y con perilla, imposible confundirlo con otro. Algunos le insultan, le dicen ladrón y me dicen que lo eche, pero yo quiero escuchar su historia.

Al parecer, tras explicarlo varias veces, alguien le había atacado hace unos días y le había robado su saxofón, dice que ha venido al STAR para ver si tenía suerte y lo encontraba entre los instrumentos de los músicos. Le debía un favor a John (así es como dice que se llama el “acusado”), así que le doy un voto de confianza y empiezo a preguntarle al hombre que decía que el instrumento era suyo. Finalmente confiesa que lo había comprado en un cash converters por 50€. Le ofrezco el doble para que se quede tranquilo, le devuelva a John lo que es suyo y se marche sin rechistar. El joven acepta y se va con una sonrisa y 100€ que no esperaba en el bolsillo.

- ¡Dadle una cerveza a mi amigo! -Le grito, señalando hacia John, a un grupito de camareros que estaban parados mirando lo que pasaba-. ¡Y traed bebidas para los que siguen aquí! –Estaba contento de haber solucionado el tema y haber hecho algo bueno por un tipo que alegraba la vida de las personas tocando en la calle por la “voluntad” del transeúnte-.

Poco a poco el local se ha ido vaciando hasta que hemos quedado muy pocos. David habla con Rafa, que parece animado a tocar de nuevo, John me cuenta cosas de su vida y de cómo empezó a tocar y compartimos ideas sobre música.

Cuando los camareros terminan de limpiar les digo que se marchen a sus casas. Tras esto, Raquel se acerca y me dice que es hora de cerrar.

- Está bien, pero quédate un rato más, me gustaría probar una cosa… -Me giro para mirar al resto- ¿Os gustaría quedaros tocando un momento para ver si sale algo curioso?

Todos se miran y aceptan sin pensárselo dos veces. Incluso Rafa está decidido a tocar de nuevo. Tocamos durante un par de horas, me da pena por Raquel, que se ha quedado dormida en uno de los sofás esperando a que terminásemos. Salen canciones bastante buenas y de todo tipo, cada uno hace en su estilo todo lo que puede. John es un experto improvisando con su saxo aunque no se sepa la canción. David tiene unas manos increíbles para el piano. Rafa parece como si nunca hubiera dejado de tocar. Y yo… lo hago lo mejor que sé.

Cuando terminamos de tocar era casi de día. Raquel estaba completamente dormida. Intento despertarla pero no hay forma. Así que guardo su abrigo y su bolso en el coche y vuelvo a por ella para cogerla en brazos y llevarla a su casa. Me meto sus llaves en el bolsillo de la chaqueta, para que sea fácil cogerlas cuando vaya a abrir la puerta de su casa. A esta hora el tráfico es mínimo, así que no tardamos demasiado. Al llegar la tumbo suavemente sobre la cama y le hecho una manta por encima para que no coja frío. Cuando voy a salir por la puerta oigo su voz.

- Leo, quédate a dormir, todavía tenemos algo pendiente…