lunes, 20 de abril de 2009

Semana 7. Copa de champán.

- Por ahora todo va según lo planeado.

- … -Una voz sonaba al otro lado del teléfono-.

- No, no se ha podido dar cuenta.

- …

- Claro que se tragó lo del testamento.

- …

- Ya, sé que soy buena actriz, además, no es la primera vez que lo hago…

- …

- Espero que cumplas con tu parte del trato.

- …

- Ya te lo he dicho, el vuelo de la chica sale mañana por la tarde-noche, así que volverá solo.

- …

- Oye, tengo que colgar, Leo está entrando por la puerta. Te llamo mañana cuando se haya ido…

Acabo de llegar de pasar el día en el campo con Carol, fuimos a hacer un picnic en un parque a las afueras de Tortuosa. No puedo quejarme de cómo ha sido esta semana, desde que ella llegó estoy como en una nube. Qué pena que tenga que irse mañana…

Al entrar en casa veo que mi madre está tumbada en el sofá, con la tele encendida.

- Hola mamá, ¿estás despierta?

- Ah… - bosteza y se incorpora lentamente- Hola Leo… me había quedado dormida viendo la tele.

- Anda, vete a la cama que te vas a hacer polvo la espalda durmiendo ahí.

- Sí, será lo mejor. Buenas noches y que descanses, Leo.

Me ducho y me visto de traje. Hacía tiempo que no lo usaba, pero hoy es una noche especial. Salgo pitando para recoger a Carol. He reservado una suite en el hotel más lujoso de Tortuosa, el Hotel del Viento *****. Haré que esta noche sea difícil de olvidar para ella. Ni una nube en el cielo. Estoy tan nervioso como la primera vez que salí con ella. Esos sentimientos que poco a poco fueron enfriándose parece que vuelven a aparecer. Cojo el coche y en 20 minutos estoy en su casa… Allí está ella, con un vestido rojo escotado, su melena castaña ondulada moviéndose con el viento, y unos pendientes largos plateados que le regalé en la primera cita. Me bajo para abrirle la puerta.

- Estás impresionante Carol… no serás producto de mi mente, ¿verdad?

- Jaja, eso tendrás que comprobarlo tú mismo… -dice al mismo tiempo que me planta un beso en los labios.- ¿Esto te parece inventado?

- No, la verdad es que no tengo tanta imaginación… jaja.

- Tú también estás muy guapo, aunque no te lo diré mucho, no vaya a ser que te lo creas demasiado…

- Jaja. Vaya tía estás hecha. Vámonos ya o nos van a cerrar la cocina, y no es plan.

Se monta en el coche y le cierro la puerta. Me monto y tomo la calle que va en dirección al hotel.

- Por cierto, ¿dónde vamos?

- Ya lo verás cuando estemos allí. No seas impaciente.

- Oh… Leo y sus sorpresitas… Bueeeno, espero que hayas tenido buen gusto eligiendo sitio…

- Jaja, ya me dirás cuando terminemos de cenar si ha merecido la pena o no.

Toda la noche está planeada, cena con baile incluido y luego que pase lo que tenga que pasar. Hablé directamente con el director del hotel para que dejara tocar esta noche en el restaurante al grupo que formamos en el STAR. Él encantado, cobran menos que los que suelen tocar allí, y además, me dijo que ya estaba cansado de lo repetitivos que eran, siempre con las mismas canciones. Quizá esto pueda ser una manera de darnos a conocer… aunque yo no toque…

Al entrar en el restaurante el metre nos pide el nombre de la reserva y nos acompaña a nuestra mesa. Cuando hemos pedido y nos han traído el vino, el telón del escenario se abre y se escucha un solo de saxo. Cuando John ha terminado, Rafa presenta al grupo y nos da la bienvenida.

- No tendrías que haberte molestado en organizar todo esto, Leo… -dice cuando el segundo plato llega a la mesa- ¡Qué vergüenza!

- No me ha supuesto ningún quebradero de cabeza. Una llamada por aquí, una llamada por allá… y todo listo.

- Muchas gracias. Me lo estoy pasando muy bien. Qué pena que me queden menos de 24 horas contigo… No tengo ganas de irme…

- No pienses en eso ahora. Disfruta del momento.

Pedimos postre y le hago la señal a John, que viene a la mesa inmediatamente con su saxo, tocando una melodía romántica, y acompañado por el camarero, quien recoge la mesa y nos deja dos copas de champán. Cuando se marcha, John deja de tocar y meto la mano en el bolsillo de mi chaqueta, sacando lo que tenía reservado para este momento.

- Carol, lo he estado pensando mucho… Esta semana contigo me ha abierto los ojos y… no quiero dejar pasar la oportunidad.

- Leo…

- Carol… ¿quieres casarte conmigo?

- Yo… sí… ¡claro que quiero Leo!

El saxofonista vuelve con el grupo y la música sigue sonando para toda la sala. Un “Vivan los novios” se escucha desde el escenario. Bebemos el champán, bailamos un rato, tomamos una copa y subimos a la habitación.

***

Cuando despierto, Carol todavía sigue dormida, desnuda entre las sábanas rojas y entre algunos pétalos de rosas que adornaban la cama de la suite. Ha sido la mejor noche de mi vida. La idea de irme con ella y dejar el bar a cargo de Rafa no se me quita de la cabeza.

- ¿Ya estás despierto? ¿A qué hora tenemos que dejar la habitación?

- A la que te apetezca, futura señora Hernán.

- Mmm, eso suena bien… ¿Por qué no vienes a la cama y seguimos con lo nuestro entonces? Eso es lo que me apetece…

- Buena idea… colgaré entonces el cartel de “no molestar” en la puerta.

***

A las siete de la tarde voy a recogerla a su casa para llevarla al aeropuerto. Ya sólo nos queda aproximadamente una hora juntos, el tiempo que tarde en embarcar rumbo USA.

- La próxima vez me toca a mí ir para allá…

- ¡Más te vale! ¡Ay que ver! ¡Todavía no has visto donde vivo!

- No te preocupes, cuando llegue a mi casa pondré todo en orden para que Rafa se encargue del STAR y así poder irme contigo una temporada.

“Aviso a los pasajeros del vuelo 815 Tortuosa Airlines, con destino Nueva York está a punto de efectuar su salida. Pasajeros con destino Nueva York, diríjanse a la puerta de embarque número 4”

- Bueno Leo, ese es el mío.

- Sí, espero que tengas un buen viaje.

- Gracias, iré dormida la mayor parte... y si no puedo, también llevo cosas para leer y matar el tiempo. Cuídate por Tortuosa, hay cosas que me dan mala espina.

- Jaja, no te preocupes. Ten cuidado por el “nuevo mundo”, seguro que es más peligroso que una ciudad como esta.

“Aviso a los pasajeros del vuelo 815 Tortuosa Airlines, con destino Nueva York está a punto de efectuar su salida. Pasajeros con destino Nueva York, diríjanse a la puerta de embarque número 4”

- Te quiero Leo.

- Yo también te quiero Carol. –Le digo mientras le doy un fuerte abrazo y un beso de despedida-.

Desde el coche, veo su avión despegando y, momentos después, perderse entre las nubes. Arranco y pongo rumbo a casa.

***

Nada más llegar veo que una de las ventanas delanteras está rota, entro lo más rápido que puedo para ver qué ha podido pasar. Al cruzar la puerta, trozos de cristales crujen bajo mis pies. Todo estaba revuelto.

- ¡¿Mamá?! –Grito para ver si obtengo alguna respuesta. -¡¿Hay alguien ahí?!- Digo al mismo tiempo que cojo un bate de beisbol que me trajo Carol la primera vez que vino de New York.

Silencio, es la única respuesta que obtengo. Sigilosamente cruzo la entrada y encuentro un papel clavado con un cuchillo en la mesa del salón:

“Tenemos a tu madre. Si quieres volver a verla con vida, lleva 100.000€ al puerto, cuando llegues allí ya tendrás noticias con lo que tienes que hacer. Ven solo y, sobre todo, no hagas tonterías, chico.”

lunes, 30 de marzo de 2009

Semana 6. Una visita sorpresa.

- 25… 26… 27… 28… 29… y 30. Se acabó el ejercicio por hoy.

Llevo casi una semana sin poder conciliar el sueño del todo. No soy capaz de quitarme lo de la otra noche de la cabeza. Menos mal que este gimnasio está abierto casi 24 horas al día y puedo venirme aquí por las noches cuando no puedo pegar ojo.

Es hora de desayunar, así que después de la ducha me voy al Arthurs a tomar un café con tostadas o algo que me sacie el apetito. Seguro que los camareros se alegran al verme después de las propinas que se llevan cada vez que voy.

Una vez allí, acompaño el desayuno con el Diario de Tortuosa, el periódico local que trata muchos temas diferentes, desde economía, temas del corazón… ¡incluso hay un apartado con sucesos paranormales! Según leo, veo que mucha gente ha mandado quejas a la compañía eléctrica por el apagón de la semana pasada. Los encargados del tema se defienden alegando que ellos no pueden hacer nada si un loco le prende fuego a la central que abastece a toda la ciudad de energía eléctrica. Cuando leo todo lo que me podía interesar hago el ritual de siempre, 10€ sobre la mesa para el camarero que me cobre.

Al salir de la cafetería veo que una chica morena está apoyada sobre el capó de mi coche. Me resulta bastante familiar, pero al estar de espaldas y tan lejos no soy capaz de verle la cara. Cuando estoy lo suficientemente cerca para que el mando a distancia del coche funcione, le doy al botón de las llaves que hace que se enciendan las luces de emergencia y salte un sonido que indica que las puertas se han abierto, para que la chica se dé cuenta de que iba a tener que cambiar de asiento. Al escuchar el sonido la chica morena se da la vuelta, y en ese mismo instante noto como si el tiempo se detuviera. ¡Es imposible! Mi mente no encajaba que ella esté aquí y ahora, justo una semana después de aquello…

- ¡Leo! ¡Por fin apareces! ¡Llevo un buen rato esperándote aquí sentada!

- …-Después del shock me cuesta gesticular palabra alguna-

- ¡Qué pasa! ¿No vas a decirme ni hola después de tanto tiempo? ¿Ni siquiera piensas darme un beso? ¡Ni que hubieras visto a un fantasma!

- Carol… no imaginaba que aparecieras aquí sin avisarme antes, me has dejado un poco descolocado… ¡pero ven aquí chiquilla! – Salgo del trance dándole un fuerte abrazo-

- ¡Pensé que no te habías alegrado al verme, tío!

- No es eso, es que no te esperaba y no sé si estaba preparado para verte ahora mismo…

- ¿A qué te refieres…?

- Bueno… a nada en especial, sólo que llevamos cerca de una semana sin hablar y… ¡que tú deberías estar a miles de kilómetros estudiando! – No me gusta mentir, pero ahora mismo no podía contarle lo que pasó la otra noche-

- Ya… ni siquiera se lo dije a mis padres, quería darle una sorpresa a todo el mundo.

- ¡Nunca cambiarás Carol! Te gusta demasiado ir por libre en la vida, ¡imagínate que me hubiera ido a algún sitio y no te hubiera podido ver!

- Me lo habrías dicho por teléfono, ¿no?

- Bah… lo que importa es que estás aquí. Venga sube al coche que nos vamos al STAR, allí no hay nadie ahora y estaremos tranquilos para hablar todo lo que haya que hablar y ponernos al día.

Subimos al coche y salgo a la avenida principal camino del STAR.

- Por cierto Carol, ¿cómo me has encontrado?

- ¿Es que se te ha olvidado que vivo al lado de donde habías aparcado? Cuando llegué a mi casa y solté las maletas, lo primero que hice fue asomarme por la terraza para ver si había cambiado algo por el barrio desde que estoy fuera. Vi tu coche ahí aparcado y bajé corriendo, pero como no sabía dónde estabas, no quería moverme de ahí hasta que llegases.

- Podrías haberme llamado al móvil… ¡así no tendrías que haberme esperado cogiendo frío mujer!

- Pero si te hubiera llamado no habría visto tu cara de sorpresa nada más verme, ¿no?

- Jaja, tienes razón.

Aparco en el garaje subterráneo del STAR y me voy directo a la barra para servirnos algo de beber.

- Estás más guapa desde que vives fuera. – Parece que le ha sentado bien el tiempo en NYC, viene vestida con ropa que no solía usar antes, más mujer.

- ¿Insinúas que antes no era guapa? Jaja… es broma, sé que siempre me has visto guapa, pero gracias de todas formas. Tú no has cambiado nada desde que no nos vemos, un poco más fuerte quizá… ¿te machacas mucho en el gimnasio o qué?

- Bueno, demasiado tiempo libre durante el día… y la noche. Cuando no tengo nada que hacer me voy al ROCK&GYM y me paso allí las horas muertas para no perder la forma.

- Pues ten cuidado, que los culturistas no me gustan eh…

- Jaja, no te preocupes, hago lo justo y sin excederme, ya me conoces. ¿Cuánto tiempo tienes pensado quedarte?

- Pues todavía no he comprado el billete de vuelta, pero no creo que me quede mucho tiempo por aquí, los exámenes están lejos pero no puedo quedarme atrasada. Así que me quedaré una o dos semanas, no más.

- Habrá que aprovechar el tiempo entonces, ¿no?

- ¡No tan rápido vaquero! Antes tenemos que charlar un rato, no quieras ir a saco nada más verme. ¿O es que sólo me echabas de menos por eso?

- ¡Qué mal pensada eres! No me refería al sexo. Me refería a pasar tiempo juntos y eso… aunque ahora que lo dices… Jaja.

- Jaja. Bueno, tenemos tiempo para todo…

He llamado a Rafa para que avise al resto de camareros de que hoy tienen la noche libre y le he explicado lo que pasa. El cartel de cerrado cuelga en la puerta. ¡Qué mejor que pasar la noche a solas con mi estrella! Aunque acabe de llegar es como si nunca se hubiera marchado, qué pena que sólo pueda disfrutarla una o dos semanas. En este momento me alegro de no haber terminado lo que empecé con Raquel, pudo haber sido el mayor error de mi vida.

lunes, 2 de marzo de 2009

Semana 5. El concierto.

Hoy es el gran día. Parece que los carteles llamaron la atención a bastante gente. Hemos recibido más participantes de los que creíamos, e incluso alguna que otra banda completa. Al final hemos decidido hacer la audición a puertas abiertas, puede entrar cualquier persona a escuchar lo que los candidatos vayan a tocar… ¡y parece que ha sido una buena idea porque el STAR está casi completo!

Raquel y el resto de camareros se encargan de servir las bebidas, mientras, Rafa y yo buscamos la mejor ubicación a escasos metros del escenario para poder observar a los músicos. Subo al escenario para dar comienzo al show.

- Antes de nada, agradecer a todos los que han venido a disfrutar de buena música y a los que han venido a enseñarnos lo que son capaces de hacer con un instrumento en sus manos. – Leo el primer nombre de la lista-. Que suban los “Dream hunters” por favor. El orden de los grupos está colgado en la escalera del escenario, que se vayan preparando los siguientes para que pare la música lo menos posible. ¡Gracias!

Un grupo de 4 chavales jóvenes sube al escenario.

- ¡Mucha suerte chicos! –Se veían bastante nerviosos y novatos, los ánimos siempre vienen bien en estas situaciones-.

Me siento al lado de Rafa y hago una señal al chico encargado de la iluminación para que dé comienzo el espectáculo. Como imaginaba, no lo hacían demasiado bien. Dejo a Rafa que se vaya encargando del asunto de la música y me acerco a la barra a pedirle una cerveza a Raquel.

- ¿Cómo lo llevas?

- Pues ahora que ha empezado la música algo mejor, hasta hace 5 minutos no he parado con el barril. Creo que habrá que cambiarlo dentro de poco.

- No te preocupes por eso, cuando haga falta encárgaselo a uno de los camareros nuevos, dile que eres la encargada o algo de eso… Por cierto, hoy estás espectacular Raquel. ¿Me has hecho caso y te has puesto así para “motivar” a Rafa?

- Bueno… no a Rafa precisamente… - Empieza a coquetear conmigo… o por lo menos eso es lo que me da a entender-.

- Jaja. Venga, sírvete una copa a mi salud y pon lo mismo para mí, esta noche quiero disfrutar.

Siempre me ha gustado el tipo de relación que he tenido con Raquel, pese a trabajar para mí, y aún sabiendo que tengo novia, nunca le ha importado lanzarme indirectas y jugar al juego de la seducción conmigo. Aunque yo nunca engañaría a Carol, no puedo negar que entre Raquel y yo existe una atracción física bastante fuerte.

Tras tomarme la copa con ella, vuelvo con Rafa y le llevo una para él también. Le veo inquieto, como si quisiera subir al escenario para tocar él mismo. Creo que el hecho de ver a otros tocando la batería del STAR le está haciendo recordar viejos tiempos.

- ¿Te ha llamado la atención alguno por ahora? – Al hablarle sale del estado de “trance” en el que estaba a causa de la música, parecía como si ni siquiera me hubiera escuchado llegar-.

- Eh… bueno, el primer grupo está descartado, el único que valía era el batería, pero fallaba un poco en la improvisación.

- Ok. ¿Te animarás a tocar luego? – Le digo al mismo tiempo que le ofrezco la bebida-.

- S… ¡No! Leo, dije que no volvería a tocar…

- ¡Venga ya tío! Llevas un montón de tiempo haciendo el tonto con lo mismo, ¡es hora de que te olvides de ella!

- Bueno… ya veré lo que hago… - Dice con media sonrisa en la cara-, pero no te prometo nada eh... – Coge la copa y le da un trago largo-.

Un chaval sube al escenario solo y se sienta ante el piano. La música empieza a sonar. Va mezclando canciones de todo tipo sin dejar de tocar ni un instante.

- Éste puede ser un buen fichaje para el local. Parece que le está gustando a la gente. –Dice Rafa al ver que la mayoría de personas han dejado sus conversaciones y se han girado para ver cómo tocaba el chico-.

- Sí, parece bastante bueno. Dime cómo se llama para que apunte su nombre.

- Me parece que se llama David… mmm, sí, David.

Después de unos 15 minutos tocando sin parar, David saluda al público y abandona el escenario. Rafa se levanta y me dice que va a hablar con él. Van pasando algún que otro más por el escenario, alguna que otra improvisación bastante buena, pero poco que destacar. Al escuchar un saxo, se me viene a la cabeza aquel tipo de la perilla que solía estar tocando en la calle frente al Arthurs. Me daba pena no verlo en la zona de los participantes… quizá le guste su forma de vivir siendo un músico callejero, quién sabe.

Miro hacia uno de los extremos del STAR y veo a Raquel sola, apoyada y con poco trabajo, le hago un gesto para que venga un rato a sentarse a mi lado y veo como cambia su cara de aburrimiento por una sonrisa picarona. Se acerca contoneando sus curvas, con dos copas en la mano, y se sienta en la silla en la que antes estaba Rafa.

- Te noto un poco aburrida, ¿no te está gustando la música?

- Sí, sí… no es eso. La música me está gustando… pero no tengo toda la diversión que me gustaría… - Me dice acercando su silla a la mía y poniéndome la copa en la mano-.

- Ah… ¿no? ¿Y qué te gustaría hacer para divertirte?

- Leo… tú deberías saberlo mejor que nadie… - Su mirada se para frente a la mía y noto como se va acercando poco a poco-.

- Raquel… yo… - Mi corazón dice no, pero mi cuerpo reacciona totalmente distinto-.

- Vamos Leo, puedo hacer que te olvides de ella en una sola noche… déjame demostrártelo… - Se acerca más y más… y mi cuerpo acaba cediendo-.

Un beso que dura apenas unos segundos. Me coge de la mano y me lleva a la parte de atrás del local. Me desabrocha los botones de la camisa mientras nuestros labios juegan. Hacía tiempo que no sentía esta sensación… ¿Podré perdonarme a mí mismo por lo que pueda pasar?

De repente, las luces se apagan y saltan las de emergencia.

- Mira, así nos metemos más en situación con menos luz…

- ¡Mierda! Tengo que salir a ver qué ha pasado. –Le digo a Raquel mientras me vuelvo a poner los botones y vuelvo a colocarme el pelo en su sitio-.

- Ya… ¡qué oportuno! –Me dice poniendo cara de “pena”, intentando hacer que cambie de idea-. Si seguro que Rafa se está encargando de todo…

La voz de Rafa sale por los altavoces alimentados con la energía de reserva.

“Por favor, vamos a descansar un rato mientras regresa la luz y después seguimos con la música”

- Venga Raquel, ayúdame a que la gente no se vaya… ¡Eres la mejor en esto!

- Buen Leo, pero porque eres tú el que me lo pides… y eres mi jefe… pero tendrás que compensarme lo de esta noche eh ¡No me gusta que las cosas se queden a medias!

- Muchas gracias. Te compensaré por tu trabajo y lo demás, ya veremos… - Le digo guiñándole un ojo-. Ah, y sírvele cerveza gratis a los músicos para que estén lo más a gusto posible.

- Eso está hecho -Se coloca la ropa, se mira en un espejo y se retoca el maquillaje lo más rápido posible. Antes de salir se gira hacia donde estoy, me dedica una sonrisa y me tira un beso-.

Espero ahí un rato, pensando en todo lo que había pasado. A los pocos minutos escucho jaleo en la zona principal del STAR. Salgo corriendo y veo que un tipo en el escenario está gritando a alguien que se pare. Miro hacia donde está gritando y veo a Rafa corriendo detrás de un hombre, hasta que finalmente lo atrapa.

Como la luz lleva un rato sin hacer acto de presencia, la gente comienza a abandonar el local y unos pocos nos quedamos para resolver el posible malentendido. Para mi sorpresa, el tipo al que Rafa había agarrado era el que tocaba el saxo bajo la lluvia aquel día. Calvo y con perilla, imposible confundirlo con otro. Algunos le insultan, le dicen ladrón y me dicen que lo eche, pero yo quiero escuchar su historia.

Al parecer, tras explicarlo varias veces, alguien le había atacado hace unos días y le había robado su saxofón, dice que ha venido al STAR para ver si tenía suerte y lo encontraba entre los instrumentos de los músicos. Le debía un favor a John (así es como dice que se llama el “acusado”), así que le doy un voto de confianza y empiezo a preguntarle al hombre que decía que el instrumento era suyo. Finalmente confiesa que lo había comprado en un cash converters por 50€. Le ofrezco el doble para que se quede tranquilo, le devuelva a John lo que es suyo y se marche sin rechistar. El joven acepta y se va con una sonrisa y 100€ que no esperaba en el bolsillo.

- ¡Dadle una cerveza a mi amigo! -Le grito, señalando hacia John, a un grupito de camareros que estaban parados mirando lo que pasaba-. ¡Y traed bebidas para los que siguen aquí! –Estaba contento de haber solucionado el tema y haber hecho algo bueno por un tipo que alegraba la vida de las personas tocando en la calle por la “voluntad” del transeúnte-.

Poco a poco el local se ha ido vaciando hasta que hemos quedado muy pocos. David habla con Rafa, que parece animado a tocar de nuevo, John me cuenta cosas de su vida y de cómo empezó a tocar y compartimos ideas sobre música.

Cuando los camareros terminan de limpiar les digo que se marchen a sus casas. Tras esto, Raquel se acerca y me dice que es hora de cerrar.

- Está bien, pero quédate un rato más, me gustaría probar una cosa… -Me giro para mirar al resto- ¿Os gustaría quedaros tocando un momento para ver si sale algo curioso?

Todos se miran y aceptan sin pensárselo dos veces. Incluso Rafa está decidido a tocar de nuevo. Tocamos durante un par de horas, me da pena por Raquel, que se ha quedado dormida en uno de los sofás esperando a que terminásemos. Salen canciones bastante buenas y de todo tipo, cada uno hace en su estilo todo lo que puede. John es un experto improvisando con su saxo aunque no se sepa la canción. David tiene unas manos increíbles para el piano. Rafa parece como si nunca hubiera dejado de tocar. Y yo… lo hago lo mejor que sé.

Cuando terminamos de tocar era casi de día. Raquel estaba completamente dormida. Intento despertarla pero no hay forma. Así que guardo su abrigo y su bolso en el coche y vuelvo a por ella para cogerla en brazos y llevarla a su casa. Me meto sus llaves en el bolsillo de la chaqueta, para que sea fácil cogerlas cuando vaya a abrir la puerta de su casa. A esta hora el tráfico es mínimo, así que no tardamos demasiado. Al llegar la tumbo suavemente sobre la cama y le hecho una manta por encima para que no coja frío. Cuando voy a salir por la puerta oigo su voz.

- Leo, quédate a dormir, todavía tenemos algo pendiente…

lunes, 23 de febrero de 2009

Semana 4. Testamento.

Parece que el tipo al que pagué para que pusiera los carteles que anuncian la apertura de selección de grupos o solistas para el concierto ha hecho bien su trabajo. Me doy una vuelta en moto siguiendo la ruta que le indiqué, y los veo todos muy bien situados, cercanos a sitios donde suele haber mucha gente y puestos donde se pueden ver con facilidad. La fecha del concierto todavía no está fijada, pero la gente ya puede pasarse a recoger su inscripción. Espero que aquel tipo que tocaba el saxo en las calles se pase a por una, porque creo que se adapta a lo que estoy buscando.

Esta noche se la he dado libre a Rafa, él también tiene derecho a descansar alguna vez. Además, después de la llegada de mi madre no he pasado mucho por el trabajo y así aprovecho para ver a algunos clientes habituales.

Por lo visto, mi madre iba hoy a la Asesoría Aguado, famosa empresa en la ciudad. Al principio ellos me gestionaron la contabilidad y todo el follón que tuve que armar para abrir un negocio de las características del STAR, pero como no me gusta que la gente ande tonteando con mi dinero, cuando tuve algo más de experiencia cancelé el contrato que tenía con ellos. Ahora yo mismo manejo todas las cuentas y me he vuelto un hacha con los números y los asuntos legales. Prueba de ello es la prosperidad del local.

Mi madre ha decidido hacerse un testamento, dice que no le queda gran cosa, pero que si no se lo hace no puede quedarse tranquila, así que no le he puesto muchas pegas para que fuera.

***

- Bien, repasemos por encima el escrito para comprobar que está todo correcto.

- Ya me lo leí varias veces antes de redactarlo, me lo sé de memoria señorita McKillop. Supongo que son los trámites que hay que hacer en estos casos… Sea breve, por favor. – Dice Sofía algo alterada después de estar cerca de una hora en la sala de espera-.

- Está bien, a grandes rasgos dice lo siguiente:

“Yo, Doña Sofía Monterrey Zafiro, dejo como dos únicos herederos de mis posesiones a: Don Javier Hernán Leal y Don Leonardo Hernán Monterrey, quedando repartidas como se describe a continuación:

* A Javier Hernán Leal le dejo 1.000.000 de euros, como pago de la deuda relacionada con el dinero que tomé hace 17 años. Con esto cubro todos los intereses que habría generado la cantidad que cogí, y los años de manutención de nuestro hijo hasta la mayoría de edad.

* A mi hijo, Leonardo Hernán Monterrey, le dejo el resto de mis pertenencias, todo cuanto esté a mi nombre, así como mis cuentas bancarias…”

- Muy bien, pero… ¿podría pasar ya ante el notario para firmarlo e irme a casa?

- Antes de eso mi jefe tiene que comprobar ciertos datos y ahora mismo él está…

- Señorita, ¿me está diciendo que me ha hecho perder toda la tarde en la sala de espera para leerme un texto que yo misma he escrito, y para ahora decirme que no puedo ver el notario este mismo día?

- Mire, lo siento, pero así es como funciona esto. Además, usted no tenía cita para hoy, el notario ha de comprobar que todos los datos que nos ha entregado son correctos, y luego ya se le llama para firmar todos los papeles…

- … Vale vale, no me haga perder más el tiempo, llámeme cuando le parezca. Adiós.

- Que tenga un buen día... cerda –dice Amanda en voz baja justo cuando Sofía sale de la habitación-.

***

- Parece que la noche va a ser tranquilita, ¿no crees, Raquel?

Raquel es una de las primeras camareras que contratamos. Aún sigue a bordo después de tanto tiempo. Prácticamente el resto de la plantilla se renueva a menudo. El tipo de persona que solemos tener aquí suelen ser universitarios que trabajan para costearse sus gastos o gente que busca otro tipo de trabajo, pero acepta esto mientras no encuentra otra cosa. Tener a gente nueva no es algo que me haga mucha gracia. Nunca llegas a saber a quién le puedes confiar ciertas tareas y a quién no, pero no es fácil encontrar a buenos camareros como Raquel.

- Sí, los martes no suele salir mucha gente de noche, y menos cuando hace el frío que hace hoy.

- Ya… Oye, gracias por recomendarme a tu primo para colgar los carteles. Invítale a una copa de mi parte la próxima vez que se pase por aquí.

- No hay de qué. Mi primo es un buen chaval. Además, le hace falta el dinero, es un friki de los ordenadores, y siempre le anda pidiendo a mi tía para comprarse chismes nuevos. Está bien que se pague él solito sus gastos. Por cierto, hablando de los carteles, ¿quién se va a encargar de seleccionar a los que tocarán en el concierto?

- Pues supongo que yo mismo… y quizá Rafa también. Aunque si te apetece puedes estar presente para la prueba que haremos la semana que viene. Oiremos tocar a todos los que se inscriban un par de temas o tres, y alguna improvisación. Y simplemente nos quedaremos con los que más nos gusten.

- ¿Tocaréis Rafa y tú alguna canción para el concierto?

- Todo depende de él. He intentado que vuelva a tocar, pero dice que sin motivación no le sale. ¿Por qué no intentas “motivarle” con tus armas de mujer? Puede que a ti te haga caso y… ¡ya es hora de que se olvide de Maite joder!

domingo, 15 de febrero de 2009

Semana 3. Estrella.

El sonido de la PDA me despierta de madrugada. Trasteo en la mesita de noche con la misma habilidad que puede tener un enfermo de párkinson operando a corazón abierto.

“Tiene un nuevo correo en la bandeja de entrada”

- ¿Quién me manda un correo a estas horas? Seguro que no sabe que llevo más de 48 horas sin pegar ojo…

“De: Carol [carol.4815@jmail.tor] Para: Leo [leon.1623@jmail.tor]”

¡Hola Leo!
Sé que últimamente lo nuestro no funciona todo lo bien que nos gustaría, pero aún así te deseo un feliz día de los enamorados. Sabes que me gustaría estar ahí contigo, pero la vida a veces nos pone en situaciones difíciles. Espero verte pronto.
Un beso desde NYC. Te quiero, Carol.

PD: Perdona por la hora, sé que es tarde allí, pero no paro mucho por casa y es el único hueco que he podido escaparme. De todas formas seguro que te pillo de juerga por ahí, así que no te despertaré.

No me acordaba de que hoy es “el día de los enamorados”. Nunca me gustó ese día. Siempre me ha parecido un día totalmente comercial. Además, el que está enamorado tiene que demostrarlo siempre, no únicamente un día al año. Luego contestaré al email.

Desvelado y con la boca seca, me acerco a la cocina para echar un trago de agua fresca de la nevera. Cuando paso por el salón veo que la tele está encendida…

- ¿No puedes dormir, Leo?

- Mamá, ¿qué haces despierta a estas horas? En tu estado deberías descansar toda la noche.

Se me hacía raro tener a mi madre bajo el mismo techo, pero yo no cometería el mismo error que ella, dejando tirada a la familia, cosa que ella hizo con mi padre y conmigo. Cuando yo tenía 8 años, un día, sin más, desapareció sin decir ni una palabra, y no la he vuelto a ver hasta la otra noche…

***

- ¡¿Mamá?!

- Leo… ¡Cuánto has crecido! Me ha costado mucho encont…

- ¿Se puede saber qué haces aquí y… cómo has entrado en mi casa? – Noto como mi corazón comienza a bombear a 1000-.

- Tranquilo hijo, te lo explicaré todo con detalles, pero entra que vas a coger una pulmonía…

- No mamá, no entraré hasta que me digas qué está pasando aquí.

- Como quieras. Me hubiera gustado contártelo despacio, pero supongo que no me queda otra. – Cierra los ojos un momento, como si estuviera buscando las palabras oportunas, y veo como varias lágrimas corren por sus mejillas confundiéndose con las gotas de lluvia que empapan nuestros rostros-. Estoy enferma y mi médico dice que no me queda mucho tiempo. Quería verte otra vez antes de dejar este mundo para siempre.

- …. Está bien. Hablemos dentro… - Mi lado racional toma el control de la situación y los dos entramos por la puerta-.

- No culpes al portero de la urbanización, le dije quién era, le enseñé el libro de familia para que viera que era cierto, y le dije que esta noche me esperabas pero que se te habría olvidado avisarle, así que me dio una llave para que entrara y no me mojase.

- Mamá, eso ahora no me interesa, cuéntame lo que te pasa…

- Veo que no te gusta andarte con rodeos, te pareces a tu padre…

- No es eso. Quizá sea el hecho de que no te haya visto en unos 17 años y me sorprenda verte ahora así, de golpe, diciéndome que estás enferma.

- Ése fue el motivo por el que me fui de casa cariño. Cuando eras pequeño, me enteré de que estaba enferma y que iba a empeorar mucho, no iba a poder cuidar de ti y de tu padre. Iba a ser una carga para vosotros, así que me fui para que no vierais cómo me moría poco a poco. Al poco tiempo de irme, mi cuerpo fue atrofiándose, la mayoría de días no podía ni hablar. Con algo de dinero que cogí de tu padre, pagué a médicos hasta que uno de ellos consiguió alargarme un poco la vida y arreglar mi cuerpo estropeado con métodos experimentales. En estos años he podido volver a andar y a hablar nuevamente. El médico dice que no estoy curada, que no sabe cómo me he recuperado físicamente, pero que mi cuerpo no aguantará demasiado. Así que tan pronto me dieron el alta me puse en contacto con tu padre para que me diera tu dirección. No accedió a dármela hasta que le expliqué todo lo que había pasado. Creo que me ha perdonado. Hijo, eres lo único que me queda, dame una oportunidad, por favor. He alquilado una habitación en un hostal cercano para poder estar aquí…

- Cancela tu reserva. Te quedarás aquí. – Sin pensarlo dos veces me creo su historia. No aparenta signos de haber estado enferma, pero es mi madre y le perdonaría casi cualquier cosa-.

***

Son las 4 de la mañana, mi madre me ha hecho caso y se ha acostado. En la tele no hay más que basura a estas horas. Gente vendiendo aparatos que supuestamente hacen maravillas (no sé qué maravillas puede hacer un cartón que sirve para doblar camisas… vaya invento…). En fin, creo que volveré a la cama otra vez.

Me meto entre las sábanas y veo que mi PDA sigue con la pantalla encendida y con la tecla “RESPONDER” seleccionada. Comienzo a escribir…

“De: Leo [leon.1623@jmail.tor] Para: Carol [carol.4815@jmail.tor]”

Hola estrella.
Me has pillado despierto, no te preocupes.
Hace varios días que no hablamos y tengo muchas cosas que contarte. Mi madre se plantó en mi casa después de tanto tiempo sin saber de ella, pero ya te contaré, es una historia demasiado larga como para escribirla a estas horas.
Llámame cuando tengas un hueco.
Yo también te quiero.
Leo.

PD: Feliz día de los enamorados para ti también, aunque estés lejos…

Pulso la tecla “ENVIAR”.

Comencé a llamarle Estrella el día en que empezamos a salir, estando tumbados en la playa, de noche, contemplando el cielo despejado. De ahí el nombre que le puse a mi local, el “Star”.

- Estrella… te echo de menos… - digo al mismo tiempo que mis ojos se cierran y dejan correr una lágrima...-.

domingo, 8 de febrero de 2009

Semana 2. Jacuzzi.

- Rafa, ¿cuánto tiempo llevas en la bici?

- Pues algo más de media hora. Todavía me queda otra media para terminar aquí y luego iré un rato a la piscina para hacer unos largos.

- Vale, ve a buscarme al jacuzzi cuando acabes, voy a la piscina ahora y luego me meteré un rato con las burbujas para relajarme, por hoy creo que ya es suficiente ejercicio.

Rafa y yo pasamos muchas tardes en el gimnasio. Nos gusta estar en plena forma para no quedarnos oxidados. Además, no me gustaría tener la barriguita que tiene mi padre, la verdad. Espero que no haya heredado esos genes de él, porque si no, entre la barriga y falta de pelo que suele haber en la mayoría de los miembros masculinos de mi familia, voy “apañao”. Por eso hago deporte casi a diario. Respecto a lo de la calvicie, parece que soy uno de los pocos a los que no le ha llegado la hora… y espero que no me llegue nunca.

Últimamente mi ritmo de vida ha sido bastante intenso. Con esto de no tener que trabajar tengo bastante tiempo para el ocio. Soy un aficionado de los deportes de riesgo. He saltado varias veces en paracaídas, he hecho puenting, y practicado alguno que otro más, pero sin duda, una de las cosas que más me gusta es la escalada y para ello hay que estar a punto. Aunque hacer este tipo de actividades no es algo que se pueda compaginar demasiado bien con mi afición a las salidas nocturnas puesto que suelo estar cansado durante el día y paso la mayor parte de éste durmiendo.

- Ah… ¡Qué bien sientan estas burbujas! – dice Pedro, un viejecito que casi siempre estaba ahí sentado con los pies en remojo-.

- Lleva usted razón Pedro, viene bien después de hacer deporte para relajarse un poco. Por cierto, ¿cómo está su mujer? – La pobre había sido ingresada en una residencia, había perdido el conocimiento tras sufrir un infarto y nunca volvió a abrir los ojos aunque seguía con vida. Lo mejor que pudieron hacer fue llevarla a un sitio especializado para que recibiese los cuidados precisos en cada momento-.

- Pues tirando hijo, tirando. Los médicos dicen que no mejora, pero qué le vamos a hacer, lleva ya así unos meses y parece que es irreversible. Ahora lo que me queda es disfrutar de mis hijos y de mis nietos, y rezar al altísimo para que haga un milagro. Por eso vengo aquí todas las tardes, para despejarme un poco la cabeza y pensar en otras cosas.

- Bueno hombre, ya verá como mejora la cosa y dentro de unos meses está disfrutando de la familia junto a ella.

- A ver si te escucha “el de arriba” y hace algo para que cambie la cosa.

Dios y yo nunca nos hemos llevado demasiado bien, quizá fuera porque en el colegio me metían mucha caña con el tema y cuando me vine a Tortuosa quise dejarlo todo atrás. Pero respeto las creencias de todo el mundo siempre que no hagan daño a los demás, ya que algunas personas, como Pedro, necesitan aferrarse a algo divino para no perder la esperanza.

- Leo, ya he terminado, ¿nos duchamos y nos vamos?

- Ah, hola Rafa. Claro, vámonos ya que me estoy arrugando. Hasta luego Pedro, espero que le vaya bien.

- Gracias hijo, cuídate tú también y disfruta de la juventud.

Después de la ducha caliente, salimos del edificio Rock&Gym. Un nombre que nada tiene que ver con el Rock&Roll. Se llama así por el rocódromo que tiene dentro. Es un edificio inmenso con unas instalaciones increíbles para cualquier tipo de deporte. Tiene una bolera, pistas de pádel, tenis, fútbol, baloncesto, etc. Y también zonas para la relajación, como saunas, jacuzzis y todo lo que un balneario de cinco estrellas puede tener. Eso sí, no sale nada barato.

Llevo a Rafa a su casa para que no se moje. Ambos tenemos coche, pero nos gusta cuidar el medio ambiente y por eso nos turnamos en usarlo cuando el tiempo no acompaña, para no contaminar demasiado.

- Bueno chaval, nos vemos mañana… o esta noche si te pasas por el Star, te invitaré a unas copas aunque tú seas el dueño.

- Ja ja, qué gracioso eres Rafa. Luego nos vemos.

Conduzco hacia casa con el volumen de la música al máximo. Mi casa y la de Rafa se encuentran en puntas opuestas de Tortuosa, así que me espera un pequeño viajecito por la autovía que bordea la ciudad para no tener que aguantar las colas que se forman a esta hora. Además hoy con la lluvia, todo el mundo habrá sacado el coche de paseo para no quedarse encerrado en casa, así que el tráfico en el centro tiene que ser una locura.

Cuando estoy frente a la puerta principal veo que la luz del salón está encendida, vaya despiste, toda la tarde chupando energía para nada. Saco la llave para abrir la puerta pero en ese mismo instante veo pasar una sombra por la rendija de la puerta y ésta se abre…



- ¡¿Mamá?!

miércoles, 28 de enero de 2009

Semana 1. Día gris.

Otra vez me encuentro sentado en la misma mesa de siempre. Otra mañana ahogando las penas en la cafetería del centro después de una pelea telefónica.

Es difícil mantener una relación a distancia cuando no confías en tu pareja y cuando tu pareja no confía en ti. Siempre tuvimos una buena relación, hasta que se marchó de Tortuosa para probar suerte en el extranjero. Desde entonces lo nuestro pende de un hilo y acabamos discutiendo por cualquier cosa. No me gusta ser pesimista, pero creo que la cosa no llegará a buen puerto…

Siempre pensé que las relaciones serias no estaban hechas para mí. Desde que “escapé” del yugo de mi padre no me ha gustado atarme a nada serio para no tener que darle explicaciones a nadie y, para qué nos vamos a engañar, siempre me ha gustado picotear un poco de aquí y un poco de allá. Pero con Carol fue diferente. Creo que su simpatía me hipnotizó e hizo que cambiase mi forma de pensar. A simple vista no era nada del otro mundo, como se suele decir, era una chica del montón, pero su mirada era como el canto de una sirena al que no puedes ignorar.

Llevo ya un par de horas aquí mirando las telarañas, prácticamente sin probar bocado, inmóvil y sin hablar con nadie, hundido en mis pensamientos melancólicos recordando mejores tiempos. Creo que ya es hora de pagar e irse a descansar un poco, ¡hay que estar fresco para esta noche! Todavía quedan muchas cosas que organizar y aun hay que pasar por la imprenta para recoger las inscripciones.

Pago con 10€ el café y la tostada a medio comer y dejo lo que sobra para el que me atienda. Me encanta ver la sonrisa de los camareros cuando reciben una propinilla extra y hacen sonar la campanita del bote. Paraguas en mano atravieso la puerta principal del Arthurs y escucho una dulce melodía. Tras la esquina, un hombre calvo y desaliñado sentado en unas escaleras toca un blues con un saxo. Una melodía cautivadora que expresa completamente lo que siento. No era la primera vez que veía a aquel tipo. Solía estar tocando por ahí, esperando a que alguien le echase “la voluntad”. Quizá sea lo que busque para el concierto… pero ahora mismo no tengo las inscripciones y, la verdad, no estoy de humor para pararme a charlar con un desconocido. Le haré feliz tirando unas moneditas en la funda de su instrumento y, si le interesa, ya vendrá a verme cuando vea los carteles.

Camino de casa, saco mi PDA del bolsillo (sinceramente creo que de tantas cosas que tengo en la cabeza no sabría organizarme la vida sin este aparatito) y llamo a Rafa, el encargado de mi negocio, mi mano derecha en el trabajo y mi mejor amigo desde que llegué aquí, resumiendo, una persona en quien puedo confiar plenamente. Le llamo para preguntarle cómo ha ido la noche y para contarle mis nuevas batallitas con Carol. Él siempre me ha escuchado y ayudado cuando he tenido cualquier problema. Al parecer la noche fue bastante buena, hicimos una buena caja y no hubo ningún incidente fuera de lo normal.

Nos conocimos cuando llevaba un mes en Tortuosa, por aquellos entonces todavía no tenía nada montado aquí y vivía del dinero que me mandaba mi padre que, aunque distante y con bastante mano dura, siempre se ha preocupado de que no me faltase nada material. Rafa y yo coincidimos durante una de mis continuas salidas nocturnas en un pub. Él salía con una amiga de Carol, y fue entonces cuando les conocí. Juntos montamos un pequeño grupo de música, él es un experto en la percusión y yo me defiendo con la guitarra y con la voz. Desde que lo dejó con su novia no le he vuelto a escuchar tocar una nota.

Cuando me doy cuenta estoy en la puerta de mi casa. Me despido de Rafa, me quito los zapatos y escurro el paraguas para no llenar toda la casa de charcos, que bastantes he pisado cuando iba hablando por teléfono, y además el agua no le sienta nada bien a la madera del suelo. Ya está bien por hoy, es hora de comer y luego a la cama. Esta noche será un nuevo “día”…

miércoles, 21 de enero de 2009

Semana 0. Presentación.

Vengo de una familia de la antigua nobleza y quizá por ello podéis pensar que he tenido una buena vida, plena en todos los aspectos. Os equivocáis.

Desde muy pequeño me acostumbré a una vida solitaria, sin el cariño que una familia puede dar. Mi padre, viajando constantemente de un lado para otro, de país en país, de empresa en empresa... supongo que es lo que un alto ejecutivo suele hacer. Y mi madre... quizá os hable de ella en otro momento.

No tengo hermanos y pasé mi infancia en un colegio de pijos, rodeado del tipo de persona en el que mi padre quería que me convirtiera. Estaba harto de ese tipo de vida, así que en cuanto fui lo suficientemente mayor y tuve la oportunidad, me largué de casa en busca de nuevas experiencias.

Ahora he montado una discoteca en Tortuosa que hace que no tenga que preocuparme por el dinero. De moda en la ciudad, se mantiene sola y genera unos ingresos que más de uno quisiera. Desde que estoy aquí soy una persona que vive en la noche...